Andrea vive con sus hermanos pequeños a los que cuida como una madre. Tiene 15 años y a los cambios biológicos y psicológicos propios de la pubertad, se une el dolor ante el vacío de la ausencia del padre.
Con «La imatge permanent» Laura Ferrés hizo historia en la nueva Seminci rehabilitada con el espíritu de los festivales de Gijón y Sevilla. Es decir, en la Seminci que por vez primera dirigía José Luis Cienfuegos.
Todavía sin saber qué nos aguarda, Antonio Méndez Esparza envenena la banda sonora de su filme con una música estridente, enervante. Apenas se escucha el diálogo de dos mujeres martirizado por una música extradiegética cuya perturbadora presencia nos da la clave.
Un mes y un día antes de que Franco diera rienda suelta a su naturaleza de depredador sanguinario con el «alzamiento nacional», nació Ken Loach. Aunque en su filmografía la guerra civil española ya había estado presente, fue cincuenta y nueve años después cuando Loach filmó «Tierra y libertad», su visión de una contienda, más bien una masacre, que él reconstruyó de manera espartana.
La cuestión es que «Un amor» parece un tobogán emocional donde la masculinidad se dibuja en su diversidad, sin que sepa responder a las demandas de su principal personaje.
Formalmente irreprochable, «El asesino» ha sido filmada con la precisión de un geómetra esclavizado por el lujo. En esta «still life» la poderosa sombra de Netflix vuelve a ser sospechosa de banalizar lo que toca en aras al éxito de audiencia.
Paloma Zapata, (Murcia, 1979), directora de «La Singla», estudió Bellas Artes, fundó su propia productora, «La Fábrica Naranja, y lleva inmersa en el mundo de la música desde sus primeros pasos en el lenguaje audiovisual, allá por el comienzo de los 2000.
Como la protagonista de «Vidas pasadas», la guionista y directora Celine Song dejó su Corea del Sur natal para, en compañía de sus padres, buscar en Occidente, en Canadá, un mayor recorrido para sus vidas profesionales.
Construido sobre una novela basada en la realidad ese maestro, que promete el mar, existió en la España republicana que hizo de la enseñanza laica una cuestión de principios. Con su recuerdo, Patricia Font desarrolla un relato conjugando dos tiempos.
Como Jorge Oteiza, Hayao Miyazaki (5 de enero de 1941) se abrazó a la senectud antes de cumplir los sesenta años. Quiso hacerse viejo antes de serlo. Así pues, se convirtió en (venerable) patriarca al anunciar que su tiempo ya había acabado. Investido con los atributos que se presupone a la ancianidad, entre otros, la sabiduría y el cansancio; el autor de «La princesa Mononoke» lleva años diciendo que se va, que su obra ya ha concluido.