Lo primero en aparecer en “Sintiéndolo mucho”, es el humo. ¿Sagrado? Por el humo se sabe dónde está el incendio, en el humo habita el misterio y vendedores de humo proliferan en este mundo de “fake news” y famosos por un día.
Zhang Yimou levanta la bandera del cine chino desde hace cuatro décadas. Hemos visto transformarse al país mas poderoso del mundo y Zhang Yimou permanecía fiel a sí mismo. Lo ha tenido todo y se le ha despojado de casi todo. Eso incluye las bendiciones y descalificaciones de la crítica y de los festivales.
A James Gray no se le suele citar entre los grandes cineastas norteamericanos de nuestro tiempo pero, cuando se quieran explorar las claves de nuestro tiempo, su cine se revisitará en el futuro probablemente más que el de otros que hoy reciben premios, agasajos y laureles.
Es posible que en ese movimiento pendular que agita a la zozobra crítica, siempre demasiado pasional y antagónica, siempre en pos de la excelencia y con el colmillo presto para señalar el desatino, Pilar Palomero recibiera más laureles de lo que su primer largometraje, “Las niñas”, merecía.
Al igual que en la entrega anterior, Ryan Coogler, un profesional afroamericano en cuya carta de presentación brilla su oficio para resolver con dignidad la séptima entrega del alter ego de Sylvester Stallone, “Rocky, Creed” (2015), repite la dirección y coescritura de “Black Panther”. Su presencia garantiza la continuidad y establece un curioso y renovador díptico en torno al superhéroe africano de la familia Marvel.
Cuando empezó a gestarse “Tori y Lokita” habían pasado 25 años del estreno de “La promesa”. Entre ambos se extiende, metafóricamente, un puente de extraordinarios textos y fiel a un ideario de prístina coherencia; aquella que aboga por el respeto de los derechos humanos.
Tres cortometrajes preceden a “El agua”, primer largometraje de Elena López Riera (Orihuela, 1982). Los tres: “Pueblo” (2015), “Las vísceras” (2016) y “Los que desean” (2018) tuvieron acomodo y ecos positivos en festivales internacionales como Cannes, Locarno y Bilbao entre otros.
Hay quien sospecha que el origen de la Rapa das bestas surgió en la Edad del Bronce. Es posible. Sabemos que se trata de un ritual citado en la Europa medieval del siglo XV, la del tiempo de la muerte y la peste.
La columna vertebral que sostiene este ensayo documental hijo de lo híbrido, es un monólogo teatral escrito por Noelia Adánez y Anna R. Costa, coguionistas a su vez del filme de Calvo Buttini. Es curioso.
Golpes Bajos, el grupo donde Germán Coppini deconstruía la rabia física del punk con la locura química de la movida, supo proyectar algunos de los más inquietantes y emblemáticos textos líricos de los 80. Coppini cantó y lamentó la penumbra de la Edad de Oro del pop-rock español que se ahogó en la prosperidad de una riqueza sobrevenida a cambio de vender el alma.