Título Original: THE THIRD WIFE Dirección y guión: Ashleigh Mayfair Intérpretes: Tran Nu Yên-Khê, Mai Thu Hường, Nguyễn Phương Trà My, Nhu Quynh Nguyen País: Vietnam. 2018 Duración: 96 minutos
El machismo que no cesa
Del cine de Vietnam rara vez se sabe algo y, aunque “La tercera esposa” viene tras recorrer festivales cosechando premios bajo esa bandera, conviene puntualizar que su guionista y directora, Ashleygh Mayfair, aunque vietnamita de nacimiento se licenció en Literatura Inglesa en Oxford, estudió en la Royal Academic of Dramatic Arts de Londres y lleva algún tiempo trabajando en EE.UU.
Con “La tercera esposa”, debuta en el mundo del largometraje, pero lo hace tras una carrera notable como cortometrajista que incluye premios y reconocimientos. De hecho, el guión de “La tercera esposa” recibió diferentes galardones y apoyos, el más (re)conocido, el del cineasta afroamericano, Spike Lee. Detalles como ese pueden ayudar a encajar las piezas de este relato que dice inspirarse en hechos reales y al que su directora recubre con un acabado formal de incuestionable belleza.
Su argumento no está muy lejos, en cuanto a sus intenciones de denuncia y reivindicación, de “La linterna roja” de Zhang Yimou. La naturaleza oriental de ambos proyectos refuerza todavía más esa proximidad estética.
Y estética es lo que predomina en esta denuncia sobre las vejaciones y el machismo inherente en la cultura vietnamita de finales del XIX. Nada nuevo en un mundo lamentable que insiste en aferrarse a conductas innobles. Y nada nuevo para la historia del cine porque la joven realizadora vietnamita edifica su alegato con exquisito cuidado y canónicas maneras.La historia desgrana el periplo de una adolescente, de apenas 14 años, convertida en la tercera esposa de un hacendado. Allí todo gira en torno a ese entramado laberíntico de poder y rivalidad en donde lo determinante es concebir ese hijo varón destinado a heredar la herencia y a perpetuar el linaje. Ash Mayfair evidencia una querencia por un tono lírico y sereno, y su “tercera esposa” ha sabido ganarse públicos allá por donde ha pasado. Se vio en Toronto y se le designó como el mejor título oriental del año pasado. Visitó Donostia, y sus composiciones, sus encuadres, la luz y los escenarios deslumbraron al público de gala. Todo muy relamido. Con pocas sorpresas, baja pasión y ningún pellizco.