Hace unos días se presentó en el festival de Venecia un documental sobre el rodaje de Man on the moon, el filme protagonizado por Jim Carrey y excelentemente dirigido por Milos Forman.
Un grotesco y descarnado fresco sobre los últimos días de la segunda guerra mundial en territorio alemán y un cuento híbrido y cinéfilo sobre la muerte, la infancia y el cine, sirvieron para dar carpetazo final a una edición que insiste en reiterarse en la falta de mordiente.