La fe engendra demonioTítulo Original: LA POSESIÓN DE EMMA EVANS Dirección: Manuel Carballo Guion: David Muñoz Intérpretes: Sophie Vavasseur, Stephen Billington, Lazzaro Oertli, Richard Felix, Richard Felix, Jo Anne Stockham y Douglas Bradley Nacionalidad: España. 2010 Duración: 90 minutos ESTRENO: Enero 2011

En una cinematografía de industria menor y confusión inmensa como lo es la española, la figura del productor Julio Fernández aparece como una rara avis de difícil clasificación y futuro incierto. Sus proyectos crecen de espaldas al proteccionista sistema oficial del Ministerio de Cultura; sus cineastas, rara vez son escogidos por la Academia del Cine Español, pero sus películas pueden verse en cualquier lugar del planeta. Cine de género de presupuesto moderado y pasión alta, La posesión de Emma Evans aparece como un fiel exponente del libro de estilo de la llamada Fantastic Factory. Bajo la tutela de Julio Fernández, en el lado del acierto cayeron títulos como los debidos a Jaume Balagueró y Paco Plaza. Es al suyo, al modelo asentado por ellos, hacia donde se dirige Manuel Carballo, director de este filme que pone bridas y freno a la que fue su película anterior, la convencional, ingenua y excesiva El último justo.
Como en El segundo nombre, Carballo rueda una película cien por cien española con un reparto internacional y bajo el espejismo-apariencia de estar haciendo un filme británico. La elección viene determinada por el deseo de conferir un toque internacional, la posibilidad de rodar en inglés facilitando su exportación a todo el mundo y cierta deuda con el modelo de partida, El exorcista de William Friedkin. El legendario filme protagonizado por Linda Blair acompaña de principio a final a todo este proyecto al que, para ir más allá, se le incluyen algunas vueltas de tuerca de cierto interés.
Las mejores virtudes del segundo largometraje de Carballo se deben al terreno de la sobria puesta en escena. Carballo lleva el guión de David Muñoz sin (con)ceder nada al gore barato ni al susto fácil. El tema es convencional, una joven adolescente, sobreprotegida por la familia, educada en casa para evitar influencias negativas, comienza a mostrar signos extraños. Ataques epilépticos, autolesiones, ausencias, conflictos… La presencia del hermano de su madre, un sacerdote obsesionado con el demonio, abre la puerta al exorcismo. Para contar eso, Carballo opta por la seriedad en lugar de por la ironía; una serie B del siglo XXI con una moraleja partcular: la fe excesiva engendra demonios.
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