A la tercera no va la vencida

Título Original: LITTLE FOCKERS Dirección: Paul Weitz Intérpretes: Robert De Niro, Ben Stiller, Owen Wilson, Jessica Alba, Dustin Hoffman, Harvey Keitel, Teri Polo, Barbra Streisand y Laura Dern Nacionalidad: EE.UU. 2010 Duración: 98 minutos ESTRENO: Diciembre 2010
La evidencia de que la saga de los Fockers cotiza al alza nos la da el cartel de sus estrellas. Ni una de ellas ha faltado a la cita, todas repiten. Poco importa que Hoffman vea perderse de manera irremediable a su personaje víctima de la andropausia o que Barbra Streisand deba conformarse con un papel que no aceptaría Elena Ochoa o que incluso al recién incorporado Harvey Keitel le den apenas un par de minutos de tercera. Lo que el nuevo encargado de dirigir la serie, Paul Weitz, deja en claro es que le basta con enchufar el pulso Robert De Niro-Ben Stiller para que el resultado sea convincente dentro de una propuesta que no trata de convencer de casi nada. El director de American Pie (1999), Un niño grande (2002) y American Dreamz (2006) entre otras, se reconoce solvente y conduce sin fisuras un filme que trata de ser un calco de las obras precedentes sin que lo parezca.
Weiltz entiende que el motor que enciende la tensión y con ella la hilaridad de este filme que explota el tradicional roce entre suegros y yernos, descansa en la física y química entre el veterano actor de Toro Salvaje y el comediante actor y director de Tropic Thunder. Con ser suficiente, nada evita el malestar de percibir que De Niro lleva años sin encontrar un guión que le guíe o un Scorsese que le redima.
Ante esa falta de punch, la situación se perpetúa. Han pasado algunos años, los Focker tienen una parejita y su suegro una angina de pecho que preludia un declive inevitable. De modo que, a su pesar, el ex-agente de la CIA parece (con)vencido de que su yerno deberá ser quien asuma las riendas del clan, él será el nuevo padrino en una parodía que se autoparodia. Sin un guión excesivamente brillante, las riendas recaen en los dos actores citados con pequeñas incursiones, casi cameos, de otros amiguetes como Owen Wilson, Laura Dern o la cada vez más diluida Jessica Alba.
Poco o nada importa. Media docena de situaciones picantes, un exceso de humor simplón y escatológico, nuevos desencuentros con batalla final y un cierre que deja la puerta entreabierta. ¿Por qué? Porque tal y como está la cartelera, buena parte del público opta por hacer como los niños, ante la duda, escoger una película ya (casi ) vista.
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