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Aunque la primera tentación, la más perezosa, sugiera cruzar “El imperio de la luz” con películas de densa nostalgia e impúdica complacencia al estilo de “Cinema Paraíso”, el filme de s con quien guarda más puntos en común es con “Los Fabelman”, la última y descompuesta película de Spielberg. Ambas giran en torno a las respectivas figuras maternas. En ellas se habla de madres excéntricas, heridas. Y ambas cruzan sus relatos íntimos con la experiencia cinematográficas de sus respectivos hijos, Sam y Steven.

Si en lugar de 132 minutos, “Queen & Slim” se hubiera quedado en 80, tal vez estaríamos ante la road movie ejemplar de la década. Si en lugar de perderse en aventuras y situaciones absurdas, que buscan sorprender e impactar, hubiera atendido a lo esencial y hubiese profundizado en las aristas, diferencias y aceptamientos de sus dos principales personajes, sería el “Dos en la carretera” del siglo XXI.

Ahora se avergüenza y pide perdón, pero hace 20 años Peter Farrelly, junto a su hermano Bobby, dinamitó la muga del buen gusto y la corrección politica. En un claro desfase entre la ficción de sus comedias locas y la vida corriente, Peter Farrelly se hizo popular por una grosería; en cuanto tenía ocasión mostraba su pene a sus interlocutores, fundamentalmente si éstas eran mujeres.