En sus primeros pasos, cuando un puñado de jóvenes alemanes, sin sentimiento de culpa por el pasado reciente, reclamó la necesidad de poder expresarse cinematográficamente, Win Wenders (Düsseldorf, 1945) no creía en el relato.
El Papa Pío IX, figura vertebral de este relato fundido con destellos de realidad, sacude nuestra percepción con análoga frialdad a la que el Juan Pablo II de «La Nona Ora» de Maurizio Cattelan opera en nuestra conciencia.
Ganar en Sitges el máximo galardón en una competición a cara de perro y altamente especializada en el género del terror no está al alcance de cualquiera. Hacerlo con una valoración crítica muy favorable y sin provocar controversias, tampoco.
Alexander Payne practica un cine sosegado. Sus películas poco tienen que ver con esas cintas del metaverso y los efectos especiales en las que tanto dinero invierten los ejecutivos de Hollywood.
Cuando se enroló a James Wan para dirigir el destino de «Aquaman» la noticia sorprendió ligeramente. Avezado en el horror y la crueldad, el autor de «Saw» (2005), «Insidious» (2010) y «The Conjuring» (2013), factótum del cine de terror, productor y guionista, este australiano de origen malayo y de apenas 1,60 metros de altura, ha sido responsable de no pocos sobresaltos y de muchos miedos.
Sam Esmail (New Jersey, 1977) alcanzó un bien ganado prestigio por su serie «Mr. Robot». Cuatro temporadas con el magnético personaje protagonizado por Rami Malek, hicieron de la serie una cita ineludible para muchos espectadores y de Sam Esmail un director de culto.
Por ubicarlo de algún modo (no olviden que Aki Kaurismäki es un verso libre sin posible comparación), podemos decir que el director de «Fallen Leaves» admira a Yasujirō Ozu y que, a su vez, ha sido comparado con Jim Jarmusch.
Tarde o temprano, algunos directores de cine, los que más se arriman al monstruo, sienten la necesidad de interpelar a su autorretrato. Entonces hacen eso que se llama cine dentro del cine. Un juego de espejos enfrentados a través de cuyas distorsiones los cineastas buscan respuestas a su desasosiego.
Aleksei (Franz Rogowski) es un emigrante bielorruso que espera encontrar en la Legión Extranjera el salvoconducto que le permita vivir en la Europa de la prosperidad. Aprovecha un partido de fútbol para, disfrazado de hincha, lograr el visado que le permita salir de su país.
Para pasmo de los «fobospoilers», esas personas de sensibilidad más desquiciada que exquisita, gente que se tapa los oídos cuando alguien a su alrededor habla de una película porque no soportan que se les cuente nada de su argumento, J.A. Bayona llevó a miles de personas a ver un relato del que nadie ignoraba su desenlace.