Hasta 25 escrituras diferentes de guion preludiaron el resultado final de «Baja de paternidad», el proyecto de largometraje con el que la actriz Alissa Jung decidió pasarse al otro lado de la cámara. La primera versión se conformó un año antes de la pandemia, en 2019.
En un momento dado, hacia la mitad del filme y cuando ya vemos que el laberinto del infierno fundamentalista de los ayatolás ha desplegado su locura, tras ver una proyección torpemente censurada de «Sacrificio» de Andrei Tarkovski, la protagonista del filme, la alter ego de Azar Nafisi, verbaliza que (también) le gusta el cine de Tom Hanks.
Desde el primer compás, con la primera figuración, el rostro de Sidse Babett Knudsen,
la proverbial protagonista de Borgen, la intensa y pasional serie política danesa, impone su presencia. En todo lo que acontece a lo largo de los cien minutos que dura la película, ella,
Sidse Babett Knudsen, se impone como el centro neurálgico, como el alfa y omega de un relato claustrofóbico, agresivo y cruel sobre la venganza.

