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Héroes sin superioridad
Título Original: KICK-ASS 2 Dirección y guión: Jeff Wadlow Intérpretes:Aaron Taylor-Johnson, Chloë Grace Moretz, Christopher Mintz-Plasse, John Leguizamo, Lyndsy Fonseca, Lindy Booth, Morris Chestnut y Jim Carrey Nacionalidad: EE.UU. 2013 Duración: 103 minutos ESTRENO: Septiembre 2013
Lo fácil, lo evidente, es lapidar sin piedad lo que Kick Ass II nos ofrece. De hecho, sería lo obligado si el tono de sus quince primeros minutos se hubiera extendido durante más tiempo. En ese arranque, en el que la ausencia de Nicolas Cage es la única noticia esperanzadora, el filme se muestra confuso, torpe, soez, chabacano, fuera de lugar. Rebobinemos. Kick Ass fue una sorprendente reacción al cine previsible de las reiteradas nuevas entregas del cine de superhéroes. Como el tebeo del que nacieron, creado por Mark Millar y John Romita Jr., el filme proponía una corrosiva lectura del fenómeno superhéroe desde dentro, desde la complicidad de quien ha disfrutado con los cómics y presiente que el cine de los efectos digitales está acabando con la primigenia ingenuidad y el radical positivismo de los reivindicativos años 60. Matthew Vaughn leyó inteligentemente el trabajo de Millar y Romita y se soltó una de esas películas que se empiezan a ver con desconfianza para acabar buscando una copia para el dvd.
Entre los aciertos, la presencia de Grace Moretz (Hit Girl), protagonista luego de la versión americana de Déjame entrar, garantizaba que se cediera a la tentación de hacer una segunda parte. Especialmente porque gracias a su equilibrada fórmula, el vitriolo de su socarrona visión acabó por hacer de Kick Ass una película abracadabrante. Entonces, cuando se acababa de estrenar, en esta página veíamos una evidente analogía con Man on the Moon de Forman/Carrey. Lo curioso es que en esta segunda parte los productores han enrolado en sus filas a Jim Carrey aunque, vistas las declaraciones posteriores del actor, éste no ha entendido ni el humor ni la naturaleza de la obra de Millar y Romita. El tema es que, sin la presencia del director de la primera entrega, Vaughn, la tarea de la continuación ha recaído en el guionista y éste, sufre más de la cuenta. Especialmente en el diseño de los villanos y en el excesivo alargamiento de algunos chistes y secuencias. No obstante, pese a su bajón evidente, pese a su falta de cohesión, en muchas fases del filme, Kick Ass 2 vuelve a las andadas, a lo que forma parte de su estructura ósea. A la reivindicación de lo freakie frente al terrorífico freakismo de lo normal.