El gran hermano en la comisaría
Título Original: POLISSE Dirección: Maïwenn Guión: Maïwenn y Emmanuelle Bercot Intérpretes: Karin Viard, Joey Starr, Marina Foïs, Nicolas Duvauchelle, Maïwenn, Emmanuelle Bercot, Frédéric Pierrot y Sandrine Kiberlain Nacionalidad: Francia. 2011 Duración: 127 minutos ESTRENO: Marzo 2012
Maïwenn, directora, guionista y actriz, se reserva como intérprete un papel singular en este filme de naturaleza impresionista y brújula desimantada. Ella, en el filme, es la fotógrafa invitada a colaborar con una sección policial parisina dedicada a los delitos de abusos sexuales a menores. De ese modo, su personaje en la ficción refuerza su posición de testigo de cargo como directora. Así reitera que ella va a mostrar desde afuera lo que acontece en un territorio escabroso, en un campo minado por algunas de las más incomprensibles y perversas lacras sociales. No obstante, esta medida profiláctica se muestra ineficaz porque la narradora, como su personaje, toma partido, muestra una simpatía evidente y compasiva por ese grupo de agentes a los que se les muestra en su vida cotidiana. Sus miserias, debilidades y grandezas establecen un trenzado sincopado que, pincelada a pincelada, levanta un fresco al hacer policial. Así, Polisse alterna momentos tensos y dramáticos, con discusiones domésticas; instantes en los que se perfila el abismo de esa cloaca social al tiempo que afloran los roces, desamores y envidias.
Maïwenn, la que fuera actriz en películas como El quinto elemento de Luc Besson y Alta tensión de Alexandre Aja, en su tercer largometraje como directora muestra una caligrafía briosa al servicio de un discurso en el que se evidencian algunas concomitancias con la inquietud social de Tavernier y con el estilo riguroso y ajustado del Cantet de La clase. Dicho de otro modo. Todo en Polisse crece como un mosaico de autenticidad cuyos fragmentos, recompuestos en un (des)orden al azar, faculta al espectador para ajustar progresivamente las personalidades de los diferentes miembros de ese grupo policial. Y así, esa reconstrucción deviene en el fundamento y en la distorsión de la ruta inicial. Defrauda un poco asumir que el objeto de Polisse no es ahondar en la podredumbre de una sociedad que usa a los niños para su placer sexual, sino en glosar el mérito de quienes deben detener a quienes ejercen esa violencia. No es pues el mal, el tema, sino quien acude a recoger los restos de sus consecuencias. Lo que podría haber radiografíado un cuerpo enfermo, prefiere retratar a quienes levantan el aturdido atestado de su existencia.
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