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Cher forever, Aguilera in crescendo Título Original: BURLESQUE Dirección y guión: Steven Antin Intérpretes: Cher, Christina Aguilera, Eric Dane, Cam Gigandet, Julianne Hough, Alan Cumming, Kristen Bell, Stanley Tucci y Peter Gallagher Música: Christophe Beck Nacionalidad: EE.UU. 2010 Duración: 116 minutos ESTRENO: Diciembre 2010

El holandés que triunfó en Hollywood, Paul Verhoeven, tocó fondo cuando en 1995 decidió adentrarse en los entresijos del mundo del musical con Showgirls. Verhoeven trató de reflexionar sobre la vanidad y la vacuidad del mundo del espectáculo. Escogió la fase más carnal, más desprovista de pretextos, las showgirls de la capital del juego. La acidez de su tratamiento se saldó con un estrepitoso fracaso en las taquillas y con abundantes malas críticas por atreverse a adulterar el musical cinematográfico de Hollywood. Argumentalmente, Verhoeven partía de una historia que, en lo sustancial, se diría idéntica a la que encierra Burlesque: joven aspirante a triunfar en el escenario debe pelear duro contra los elementos para superar a una rival que le pone zancadillas. Sin embargo, con los argumentos ocurre lo mismo que con la música, pueden desembocar en la partitura que conduce a un ejército al campo de batalla, acompañar una procesión de semana santa o marcar el éxtasis de un party desenfrenado. En este caso, entre Burlesque y Showgirls hay la misma distancia que separa la juerga del patriotismo.
Nada en Burlesque reclama originalidad en su relato, nada resulta transgresor, nada se impone como reflexivo. En realidad, Burlesque es lo que los productores de Verhoeven hubieran deseado para Showgirls: un canto a la perseverancia, al glamour y a las buenas intenciones; y una moraleja: que el bien y la calidad siempre alcanzan su merecido. Aquí no hay perturbaciones ni perversidad, aquí no hay descreimiento en la zanahoria del éxito. No estamos ante un sueño al desnudo sino ante una estrella, Christina Aguilera, con silla y ligueros.
Stece Antin, actor antes que director, conduce todo con ortodoxia y lentejuelas. Como se trata de un musical, las canciones funcionan, las coreografías rezuman brillo, consistencia y evasión. Incluso esa mezcla entre la vieja gloria, la inagotable Cher for ever, y la joven aspirante, Aguilera in crescendo, resulta convincente. Cine familiar en la noble tradición de un género que entre nosotros no encuentra término medio: o se es un consumado devoto o no interesa en absoluto. En este caso, ni unos ni otros cambiarán de opinión ni de registro.

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