Una especie de familia, Licht y Love me not, los tres títulos presentados ayer en la sección oficial a concurso, comparten un contexto común. La argentina y la griega, con muy diferentes intenciones, parecen obsesionarse por los vientres de alquiler, por la adopción de niños. La austríaca, Licht, acompasada por la música barroca y los “avances” de la ciencia en el último tramo del siglo XVIII, crece en torno a un hecho de esos que nos dicen que es real y que, por lo tanto, se ficciona con excesivos reparos.