«El baño del diablo» amanece con los preludios de una boda. Se despide, periclita, con un ritual de sangre humana ebrio de grosera ignorancia.
Ambientada en el primer tercio del siglo XVIII, cuando el absolutismo de las coronas europeas no conocía más límite que el de la decadencia y la podredumbre de la corte que custodiaba al monarca, «La tierra prometida» ahonda en la resbaladiza complejidad de eso que conocemos como la cuestión humana.
Según el saber (y el reír) popular, cuando a uno le asaltan delirios de grandeza se cree «Napoleón». En los viejos chistes no había psiquiátrico que no tuviera al menos uno. ¿Pero por qué atrae tanto? Kubrick soñó con filmar su visión del pequeño Bonaparte, tuvo suerte y no lo consiguió.
En el tiempo en el que en París comenzaban a afilarse las guillotinas, 1789, tiempo de transformación y crisis, se ambienta este relato sobre un chef revolucionario introductor del concepto de los restaurantes burgueses.