La columna vertebral que sostiene este ensayo documental hijo de lo híbrido, es un monólogo teatral escrito por Noelia Adánez y Anna R. Costa, coguionistas a su vez del filme de Calvo Buttini. Es curioso.
La biografía de Terence Davies aparece escrita sobre renglones (re)torcidos. Su vida ha ido avanzando sobre las oxidadas vías de un ferrocarril que parecía estar destinado a quedar varado en una estación sin pueblo. Ya había cumplido los 25 años cuando el joven Davies se ahogaba en la oscura y estrecha jaula de un discreto contable de segunda condenado a pudrirse en una oficina de transportes de su Liverpool natal.
Excéntrica como se corresponde a toda película que se encomienda al carisma de Benedict Cumberbatch (repasen su filmografía más allá de Sherlock), “Mr. Wain” o como más explícitamente señala su título en inglés, “la eléctrica existencia de Louis Wain”, resquebraja la férrea y maniatada estructura que toda biografía impone.
De no ser porque se estrena ahora, se diría que la prosa que forja este relato pertenece a otro tiempo; a la edad dorada en la que reinaban colosos como Fellini, Tarkovski, Visconti, Antonioni, Bergman, Fassbinder, Herzog… Gente seria que hacía cine adulto “para gente que piensa”.
Desde su fallecimiento, el 21 de noviembre de 2007, la imagen de Fernando Fernán Gómez, lejos de caer en el olvido, se ha agigantado. Hoy es carne de leyenda y sus compañeros, los que alguna vez coincidieron con él en algún trabajo, no cesan de invocarlo e incluso de imitarlo en cuanto se presenta la ocasión.
Aunque el dato no es oficial, podríamos decir que el primer biopic, o al menos uno de los primeros de la historia del cine, hay que situarlo en el año 1906, cuando Alice Guy, la primera persona que concibió el cine como materia narrativa, filmó “La vie de Christ”.
Cuando se escuchan los últimos compases de la banda sonora y se cierra este álbum de recuerdos familiares, una inevitable sensación de melancolía serena se impone. “La metamorfosis de los pájaros” late con pulso portugués.
Para regatear al asombro y/o el desconcierto que puede ocasionar la visión de “Miss Marx”, resulta reparador volver a repasar o simplemente ver si no se vio en su momento, “Nico 1988” (2017), tercer largometraje de Susanna Nicchiarelli.
Si no se ha visto “El olvido que seremos”, podría creerse que no hay director capaz de conseguir que Javier Cámara haga mal su trabajo. Almodóvar casi lo logra, pero ni siquiera el autorde “Dolor y gloria” pudo con el talento, el carisma y la profesionalidad del excelente actor. Quien sí lo ha conseguido es Fernando Trueba, un profesional que no duda en afirmar que “el 90% del cine actual es de una estupidez inconcebible”.
Cuanto más impactante es el parecido físico entre Johnny Depp y Eugene Smith, más irritante resulta la vulgar caricatura que el actor de “Piratas del Caribe” hace del fotógrafo antifascista.