Desde el 6 al 25 de octubre tuvo lugar la llamada guerra de Yom Kipur, también llamada guerra del Ramadán o guerra árabe-israelí de 1973. Fue una especie de contraataque egipcio-sirio para recuperar los territorios árabes de los que se había apropiado Israel en la guerra de los Seis Días de 1967.

Aunque todos y cada uno de los recovecos que conforman esta biografía levantada sobre la novela de Gerard Jofra, el hijo mayor de Eugenio, huelan a verdad, David Trueba no puede evitar la sospecha de que su acercamiento al famoso humorista catalán ha sido forjado con el hándicap de excesivos filtros.

Si todo el mundo ha sido prevenido de que los Fabelman narra la infancia y la adolescencia de Steven Spielberg, su descubrimiento del cine y la vida y su despertar a la evanescencia de la verdad, a la utilidad de la mentira; la pregunta inevitable apunta al hecho de interrogarse por qué Spielberg no titula el filme con el nombre de la familia.

La biografía de Terence Davies aparece escrita sobre renglones (re)torcidos. Su vida ha ido avanzando sobre las oxidadas vías de un ferrocarril que parecía estar destinado a quedar varado en una estación sin pueblo. Ya había cumplido los 25 años cuando el joven Davies se ahogaba en la oscura y estrecha jaula de un discreto contable de segunda condenado a pudrirse en una oficina de transportes de su Liverpool natal.

Excéntrica como se corresponde a toda película que se encomienda al carisma de Benedict Cumberbatch (repasen su filmografía más allá de Sherlock), “Mr. Wain” o como más explícitamente señala su título en inglés, “la eléctrica existencia de Louis Wain”, resquebraja la férrea y maniatada estructura que toda biografía impone.