Cuando nació Guan Hu (Beijing, 1-VIII-1968), en pleno verano, la revolución cultural de Mao, el segundo yerro y horror del Gran Timonel, ya había dado de sí todo lo que podía. Sobre todo dejaba atrás mucho sufrimiento para las gentes ilustradas.
Si algo se inicia con «Whole Lotta Love» de Led Zeppelin y el primer plano lo ocupa Brad Pitt, nada puede ir mal. ¿Nada? Esa es la cuestión, que salvo el legendario tema de Robert Plant y Jimmy Page escrito en 1972, y la presencia de un Brad Pitt que cada día se parece más al Robert Redford de los años 70, nada hay en esta película, construida para la gloria de la Fórmula 1 y la legitimación del imperio árabe del lujo y el petróleo, merecedor de ser tenido en cuenta.


