En Japón, en la ciudad de Nikko, miles de visitantes acuden cada año a visitar el Templo de Toshogu famoso porque en él hay tallados tres monos: Mizaru (“No veo”), Kikazaru (“No oigo”), e Iwazaru (“No Hablo”). En Ebbing, Missouri, ciudad donde transcurre el filme Tres anuncios en las afueras, una madre coraje, harta del silencio y la incompetencia policial paga de su bolsillo tres anuncios para reclamar que la justicia vea, oiga y se pronuncie.
Si españolidad significa lo que este filme representa, vengan mil independencias. Ciertamente no se le puede negar a su debutante director un deseo de halagar la necesidad de risas del público atribulado por tanto disparate social.
Como muchos guionistas que deciden convertirse en directores, su primer asalto esboza un catálogo de todas sus posibilidades. En él entierra sus (mejores) ideas. Aaron Sorkin no es la excepción y Molly´s Game sería la prueba definitiva.