Nuestra puntuación
Burton + Aardman = Norman

Título Original: PARANORMAN Dirección: Chris Butler y Sam Fell Guion: Chris Butler Doblaje original: Kodi Smit-McPhee, Tucker Albrizzi, Christopher Mintz-Plasse, Leslie Mann, Anna Kendrick, John Goodman, Casey Affleck, Jeff Garlin y Jodelle Ferland  Nacionalidad: EE.UU. 2012 Duración: 92 minutos ESTRENO: Diciembre 2012


Forjados respectivamente en las empresas de Burton-Selick  y en la factoría Aardman, Chris Butler y Sam Fell practican un interesante e intenso maridaje. Han constituido un ejemplar matrimonio artístico en el que se funde la técnica británica de los maestros de las herramientas del llamado stop motion con la tecnología punta del Hollywood del 3D y la exaltación digital. Pese a la fusión de procesos que se dirían antagónicos, nada chirría en este filme sobre el que se repite la idea de que se trata de una pequeña joya del cine animado de este año. La sorpresa más agradable, el filme más logrado, dicen algunos. ¿Lo es? Tal vez, pero no logra eludir la sensación de que podía haber sido mejor de lo que acaba siendo. Buena parte de sus virtudes descansan en la fuerza de un guión capaz de unir actitud crítica con pedagogía moderna, humor y ritmo con frescura y experiencia. El cómo, podría explicarlo Chris Butler, codirector y guionista de El alucinante mundo de Norman.

Norman, como el joven protagonista de El sexto sentido, habla con los muertos. De hecho, su abuela fallecida hace tiempo, le acompaña en el salón de su casa mientras Norman engulle películas de zombies para desesperación de sus padres y hermana, ésta última una adolescente adornada con la insoportable suficiencia que da la edad cuando se creer poseer un cuerpo atractivo.
La grandeza de las películas inolvidables se gana en los detalles mínimos, en el sentido de la observación de quienes aprecian la vida ajena, en los pequeños gestos capaces de hacer verosímil y conmovedor unos personajes dibujados. Esa lección la repite desde hace años Miyazaki y la aprendieron perfectamente los responsables de Pixar. Esa enseñanza no la desconoce Butler y Fell y, con ella como bandera, dan un recital sobre/contra los prejuicios, la falta de sensibilidad y el anquilosamiento del adulto que olvida el niño que fue. En el fondo, lo que en esos 90 minutos que dura el filme se hace es legitimar lo diferente y resquebrajar el martillo que se agita contra quienes se salen de lo convencional. El resto, pasa por soldar el espíritu de Coraline con la actitud desenfadada de Wallace y Gromit. La mezcla provoca una seductora implosión de largo alcance y escaso ruido.

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