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El Rufufú del caso BourneTítulo Original: RED Dirección: Robert Schwentke Guion: Jon Hoeber y Erich Hoeber Intérpretes: Bruce Willis, Morgan Freeman, John Malkovich, Helen Mirren, Mary-Louise Parker, Brian Cox, Richard Dreyfuss y Karl Urban Nacionalidad: EE.UU. 2010 Duración: 111 minutos ESTRENO: Febrero 2011
Como siempre que un filme emana del legado de una obra literaria o surge de las ruinas de una historieta ilustrada, sobrevuela sobre él la maldición de André Bazin y su obsesiva servidumbre al peso de la literalidad. Quienes así opinan suelen conjurar su fe en la fidelidad y el respeto, extraña convicción que desconoce que la letra impresa poco o nada tiene que ver con la imagen en movimiento. En RED se partía de un precedente, la historieta de Warren Ellis, un profesional que comparte con Alan Moore la consideración de ser autor grande en el tebeo contemporáneo. Poco le ha importado todo eso a Robert Schwentke, otro más de los rocosos legionarios alemanes enrolados en el cine yanqui.
Schwentke ofrece esa mezcla de nervio y contención, de oficio y beneficio al estilo de Wolfgang Petersen, que hacen pensar en qué buen director podría llegar a ser si se le encomendase un buen trabajo. Basta con evocar dos de sus obras de encargo, el thriller Plan de vuelo: Desaparecida; y el romance-ficción, Más allá del tiempo, para certificar que estamos ante un solvente director. Director que no cineasta, o dicho de otro modo, RED es un producto fílmico, un entretenimiento digno, no un texto artístico. Y como no engaña a nadie, RED merece ser disfrutada con la falta de prejuicios de los buenos divertimentos.
Acusada de blanquear los recovecos siniestros de la obra de la que parte, RED pivota sobre la mirada descreída al cine de acción. De algún modo, es el I Soliti Ignoti (Rufufú) de Jason Bourne, una caricatura inteligente y sin subrayar del último 007 y el espejo distorsionado del Buen Pastor. Con una pequeña perversión, aquí el enemigo no proviene de la URSS ni de Oriente, sino del corazón de la CIA, de las entrañas del Despacho Oval. RED saca una alta rentabilidad de sus intérpretes con un poco del toque crepuscular del Lester de Robin y Marian, con el citado pellizco de Monicelli, con mucho cine de acción del presente y con un empaquetado final, preciso, vigoroso y muy profesional. ¿El responsable?, un Robert Schwentke que mima a los actores y al que los actores le pagan con interpretaciones llenas de brillo. Saben que lo suyo es solo evasión, un digno y ameno entretenimiento.