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No hay gracia sin humorTítulo Original: THE GREEN HORNET Dirección: Michel Gondry Guion: Seth Rogen y Evan Goldberg; basado en los personajes de George W. Trendle Intérpretes: Seth Rogen, Jay Chou, Cameron Diaz, Christoph Waltz, Edward James Olmos, David Harbour y Tom Wilkinson Nacionalidad: USA. 2010 Duración: 108 minutos ESTRENO: Enero 2011
Michel Gondry prometía cine de autor. Demasiado autor para algunos que veían en su origen francés esa sobrecarga de hermetismo y singularidad propia de quienes se consideran muy listos. Cercano al universo de Spike Jonze, Charlie Kaufman y Wes Anderson, Gondry se enfrenta a este filme desmitificador del universo del superhéroe norteamericano con una carencia grave: sin sentido del humor. Autor de un episodio de Tokyo! y de largometrajes como Rebobine,por favor y La ciencia del sueño, Gondry asumió llevar las riendas de este filme que extrae su alimento de los viejos seriales radiofónicos pasados luego al mundo del tebeo. Se trata del protagonismo de una pareja singular de justicieros enmascarados: un rico tonto y un chino listo. Una versión ortopédica del Quijote y Sancho en clave saltimbanqui y con mamporros para todos. Probablemente filmes como Kick ass y traslaciones como Sin City hayan sido evaluadas por Gondry y su equipo para intentar ir más lejos.
Ciertamente quien filmara algunos de los mejores videoclips de Björk, The White Stripes, Radiohead y The Chemical Brothers, lo intenta. Para ello aplica una buena dosis de efectismo disuelta en un líquido descreído. Las intenciones eran buenas, los resultados, pésimos.
La razón de ese hundimiento cercano al siniestro total se encuentra en la incapacidad de Gondry para extraer de sus principales actores algo parecido al carisma. Seth Rogen nunca encuentra ese punto de equilibrio, de juego y de misterio. A su lado, Jay Chou, un afamado músico oriental ahora metido a actor, cumple con discreción mientras que Cameron Diaz se mueve con el agotamiento melancólico de quien añora otros tiempos. A Gondry se le atraganta este divertimento, precisamente porque no se lo ha tomado en serio. Lo mejor de obras tan fallidas como ésta reside en que nos hacen reconsiderar ese cine de aventuras y humor que, envuelto en celofán comercial, parece sencillo cuando exige mucho oficio y alguna pasión. Sin esto último, El avispón verde se hace nada sin saber a qué público va dirigido. Demasiado simple para interesar y demasiado sobrecargado para divertir.