Nuestra puntuación
Ruido de baja intensidad, furia de amarga debilidadTítulo Original: YOU WILL MEET A TALL DARK STRANGER Dirección y guión: Woody Allen Intérpretes: Naomi Watts, Anthony Hopkins, Antonio Banderas, Josh Brolin, Gemma Jones, Freida Pinto y Lucy Punch Nacionalidad: España y USA. 2010 Duración: 98 minutos ESTRENO: Septiembre 2010
Woody Allen se encomienda a Shakespeare en su nueva película articulada sobre su pertinaz reflexión en torno al rito del amor y el desamor. Más en concreto, Allen convoca al Shakespeare del Macbeth (des)hecho de ruido y furia. Al de las manos ensangrentadas. Al de la ambición devoradora ¿víctima? de un maleficio. Nunca sabremos si Macbeth se convirtió en asesino (con)vencido por lo que las brujas le dijeron o si aquellos vaticinios sólo eran lúcidas profecías. Sabemos que en la obra de Macbeth, bajo el compás del ruido y la furia, habita el tiempo y respira/agoniza la vida. Siglos después, en 1929, William Faulkner utilizó los mismos términos para cincelar una obra maestra, airada y salvaje sobre esa misma cuestión: la ambición y el enigma de la vida. Sin embargo Conocerás al hombre de tus sueños aparentemente nada sabe de la angustia, ni del remordimiento y la culpa de Macbeth. Y nada tiene que ver con la insoportable sed sureña hecha de desesperación que atraviesa la obra de Faulkner. Ni tragedia isabelina, ni realismo renovador. Comedia amarga. Esa es la receta del Allen de su última etapa. Desde un humor sin salvavidas, Allen habla, a su manera, del ruido y la furia de un mundo crepuscular agobiado por el envejecimiento y la frialdad.
Tras la apariencia ligera del Allen de la tercera edad, liberado de la necesidad de competir con sus predecesores más queridos (Fellini, Bergman, …), el cine de Allen de los últimos tiempos no cambia nunca. Cada nueva película no es nueva sino un capítulo más de una obra estilísticamente cerrada y temáticamente asentada. Desde hace ya algunos años sorprenden más algunos caprichos del director que lo que (ex)pone en sus películas. Se diría que esas veleidades discutibles impuestas por su éxodo europeo corresponden a un hombre que ha comenzado a despedirse de la vida. Ahora bien, no es necesario preocuparse. Hay despedidas que duran décadas, como las de Manoel de Oliveira que lleva medio siglo (re)escribiendo la última página.
En el caso de Woody Allen, esa última página resulta brillante, mordaz, divertida y cada día un poco más ácida.Sin espacio para la novedad, Conocerás al hombre de tus sueños corre el riesgo de no ser vista con el detenimiento que merece. Que de nuevo Allen gire obsesivamente su cámara para escrutar la infidelidad, el cansancio conyugal, la estupidez senil masculina alimentada por silicona joven y cerebro de poliester, el decisivo juego del azar, la culpa y la traición, la inocencia y la fama, la creatividad artística y el talento,…no quiere decir que no invente nada.
Allen filma con tanta facilidad que en sus manos hacer cine parece algo al alcance de cualquiera. Si además, como ocurre aquí, le acompaña un grupo de actores sobrados de fuerzas y libre de toda marca, tendremos que Allen busca sortearse a sí mismo a fuerza de ceder responsabilidad a los que interpretan sus historias. Hubo un tiempo en que cuando Allen no aparecía en la pantalla, siempre había un actor que suplía su ausencia. Ahora no, ahora hay como un deseo de disolverse en esa gran Historia de historias que es su propio cine. Un cine del que se escapa un hilo de hiel y frustración que es donde se ahogan muchos de sus personajes. Condescendiente con ellos, Allen que siempre se sitúa a una prudencial distancia, reitera su perplejidad ante la incertidumbre de la existencia. Él no tiene respuestas, ni las busca. Tampoco aspira a firmar esa gran película que conmocione al mundo. Lleva toda la vida haciendo películas, provocando sonrisas, pellizcando maldades. Hubo un tiempo en el que mostró ambición, ahora se conforma con aportar un poco de lucidez y otro poco de misericordia.