SSIFF 2018 «Malos tiempos en El Royale» de Drew Goddard Tarantino por fuera, Gibson por dentro Por primera vez en muchos años, la película de […]
Desde el minuto uno, el artificio de su opción estructural empieza a emitir señales de quiebra. Nada más arrancar, se intuye que la asunción de esa frivolidad técnica, contarlo todo sin la ayuda de la elipsis ni el montaje, en un único plano-secuencia, nos costará caro.
Con el plano en calma y la cámara dormida vemos un campo de balonmano.
SSIFF 2018 «Entre dos aguas» de Isaki Lacuesta Reencuentro en las marismas Durante un momento, Isaki Lacuesta se convirtió en el cineasta total, un artista […]
SSIFF 2018 «Illang. La brigada del lobo» de Kim Jee-woon Ciber-caperucita rojaA priori había dos buenas razones para confiar en este filme. La presencia de su […]
SSIFF 2018 «Angelo» de Markus Schleinzer El negro y el emperador El perfil que el catálogo del SSIFF divulga sobre el director austriaco Markus Schleinzer, […]
La Chilena de nacimiento y compañera eterna de Raúl Ruiz hasta su muerte; Valeria Sarmiento y Raúl Ruiz se exiliaron de Chile en 1973 por culpa de Pinochet y su golpe de estado. Se habían casado en 1969 y poco después, en 1972, con “Un sueño como de colores”, Valeria había debutado como directora y documentalista.
Antes de llegar al título de “Rojo”, la película de Benjamín Naishtat ofrece un prólogo, aparentemente sin sentido, pero que jugará un papel más funcional que relevante a la mitad del metraje. Se nos informa de que estamos en la Argentina de 1975. En ese preámbulo, en plano fijo, clavado como los escenarios de Bill Viola, vemos salir de una vivienda a una serie de personajes. Algunos llevan enseres en sus manos. Unos van hacia la derecha, otros, justo al lado contrario.
“El amor menos pensado” comienza con tufillo literario -el que se desprende de la lectura del inicio de “Moby Dick”- para terminar en clave de folletín romántico apto para todos los públicos. Es puro juego de salón empeñado en lograr a toda costa un happy end conciliador para no inquietar al espectador.
El panorama que dibuja “El reino” de Rodrigo Sorogoyen está más cerca de los infiernos que de los cielos. Es la suya, una radiografía a la España de la corrupción. Una caricatura al tiempo inmediato. Aunque quepa decir que aquí todo es pura ficción, sabemos que es representación imaginaria que proviene de un espejo rebosante de destellos de verdad. Despedida en el pase de prensa con una sonora ovación, hay motivos suficientes para ello.
A priori, tras haber digerido en los últimos años las incursiones de Guy Ritchie con un Sherlock Holmes protagonizado por Robert Downey Jr y con Jude Law como el doctor Watson, una anfetamínica adaptación que pone al célebre detective en un estado febril contenido por el opio y la adrenalina, cabía pensar que podría ser esa la dirección que tomaría Branagh.