Nuestra puntuación
Un mal regreso, un buen filme
Título Original: REC 2 Dirección y guión: aume Balagueró y Paco Plaza Intérpretes: Jonathan Mellor, Óscar Sánchez Zafra, Ariel Casas, Alejandro Casaseca, Pablo Rosso, Pep Molina y Andrea Ros Nacionalidad: España. 2009 Duración: 85 minutos ESTRENO: noviembre 2009
Lo que empezó como una huida hacia adelante motivada por una situación de cierto desánimo, REC, ha terminado por representar la cumbre española del género a lo largo de lo que llevamos del siglo XXI, lo cual resulta paradójico: ese díptico formado por REC y REC 2.
A veces el azar establece compañeros de viaje que resultan extraordinarios y empresas asumidas desde la necesidad que aciertan a sumar lo mejor de todos y cada uno de ellos. Eso ocurre aquí, que tras esa máquina de sobresaltos llamada REC, se encuentran Carlos Plaza y Jauma Balagueró, dos cineastas empeñados en el cine de género. Ambos comparten afición y amistad y en OT. La película ya trabajaron juntos. Aquel filme pasó desapercibido para buena parte de la crítica por la mala fama del concurso, pero en aquel trabajo se echaron los cimientos de lo que ahora sostiene REC. Es cierto que REC 2 ha nacido porque REC tuvo mucho éxito. Pero no sólo por eso. Por lo pronto aquí no hay pereza de autor, sino un riguroso ejercicio de complementación. Así REC 2 avanza a partir de donde su predecesora ponía punto final, un punto y aparte lleno de interrogantes, de vacíos, de silencios y de misterios. A resolver todo ello se aplica esta nueva entrega.
REC obedecía a una subversiva idea: condenar al horror a tanto reality show que domina en el mundo de la televisión. Su conductora, una periodista ambiciosa y simple, nos ahorramos citar ejemplos de actualidad, se quejaba por la falta de emociones de ese vivir cada día que con tanto morbo retrata la televisión en directo. Lo que empezaba como una broma apenas esbozada daba pie a una sólida incursión en el terror. REC era la versión apocalíptica de la Historia de una escalera de Buero Vallejo.
Pero REC 2 va más allá del juego para tratar de ahondar en el universo de sus dos creadores. Sin evitar la dependencia argumental con REC y sabedores de que el factor sorpresa, fundamental en su primera entrega, aquí ya no puede darse con la misma intensidad, sólo había una salida: ir más allá. Lo que impone que REC 2 asuma el final de trayecto de lo que empezó siendo otra cosa y ahora, finalmente, es: el enfrentamiento con los miedos más queridos de sus dos progenitores.