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Burton, ¿dónde estás?Título Original: CORALINE Dirección: Henry Selick Guión: Henry Selick; basado en el libro de Neil Gaiman Intérpretes:Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Lena Endre, Sven-Bertil Taube, Peter Haber, Peter Andersson y Marika Lagercrantz Nacionalidad: EE.UU. 2009 Duración: 100 minutos ESTRENO: Junio 09

Escoger para un hijo un nombre poco común, como toda elección que se hace a contracorriente, se cobra un coste añadido. A Coraline algo de eso le ocurre y por eso mismo Coraline debe insistir en perseverar su original nombre, nombre que todos equivocan. Todos le llaman Caroline y contra todos pelea ella para reivindicar el verdadero y sostener, de ese modo, su incipiente personalidad. En esencia, de eso trata este filme de ribetes góticos y de arabesco estructural, de la epopeya de una niña por salvaguardar su identidad a través de un relato fantástico que digiere sin esfuerzo el legado de autores clásicos como Carroll y Hoffmann y los mezcla con el Miyazaki de siempre y el Burton de ahora. Precisamente ese es el problema, Burton y el ahora.
Henry Selick, director y guionista de Los mundos de Coraline filmó hace diez años una obra magistral: Pesadilla antes de Navidad. Salvo su familia, todos siguen creyendo que esa magnífica película fue engendrada por Tim Burton. Poco importó que dos años después, Selick crease James y el melocotón gigante, una vibrante evidencia de que se puede hacer cine infantil sin menospreciar la inteligencia de los niños. Cuando Burton se adentró, ahora ya como director, en el mundo de la animación con La novia cadáver, todos contumaces en el error lo tuvieron claro Pesadilla antes de navidad era de Burton.
Por eso, durante todo el proceso de promoción de Los mundos de Coraline, Selick ha insistido, ha reclamado e incluso ha insinuado cierto malestar. Él fue quien hizo Pesadilla antes de Navidad y con esta nueva película quedaría claro. Sin embargo, tras presenciar ese ir y venir a través de la puerta que vertebra el mundo real con el onírico y que continuamente traspasa Coraline, la conclusión es muy diferente. Desde el primer minuto del filme, cuando se recrea la fabricación de una muñeca, una réplica de trapo y fieltro de la Coraline original y vemos que las manos que la cosen se parecen a las de Eduardo Manostijeras, no hay posibilidad de desvarío. Los mundos de Coraline, con sus virtudes que son abundantes, retratan la diferencia entre el artefacto y su movimiento. Selick sin duda es bueno en lo primero, pero Burton es un genio en lo segundo. Y aquí, aquí no está Burton.

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