Lo que se insinúa como un viejo filme del costumbrismo español trenzado de parejas y
cuernos, desarma al espectador a partir de su primer quiebro, el que comienza justo
tras lo que se declara en su sinopsis argumental.
Del sudor que desprende «Que la fiesta continúe» se percibe que Robert Guédiguian (Marsella, 1953) respeta a Julio Anguita, coincide con su «programa». Como el incombustible cordobés, a estas alturas de su vida, Guédiguian ha dejado de creer en muchas cosas.
Dolores Fonzi lo es (casi) todo en esta su primera película como directora, titulada «Blondi». Ella es la rubia del título, una madre todavía joven aunque con un hijo que hace tiempo que dejó de ser niño.
La masa madre que da aliento y (con)forma a “Bajo terapia” se encuentra en el libreto teatral de Matías Del Federico, un dramaturgo argentino cuyas obras han encontrado un eco muy favorable. Además de “Bajo terapia”, Del Federico ha escrito “Los amigos de ellos dos”, “Para Anormales” y “Casados sin hijos”, textos con el común denominador de “su” generación que autorretrata, la clase social y los problemas de convivencia. Se trata de reflexiones de vocación popular sobre las relaciones afectivas, los hijos, la sexualidad, sus goces y sus errancias.
Podría frivolizarse y tomarse esta cita como si fuera un trampantojo, un espejismo singular en una cinematografía nacional abonada al disparate del mercado. El hecho es que, tras acometer el premiado “tour de force” de “Quién lo impide”, con una excepcional (y exagerada) duración de 221 minutos, Jonas Trueba reaparece seis meses después con este “Tenéis que venir a verla”; para narrar en 64 minutos dos (re)encuentros fugaces a cargo de dos parejas cuya juventud se aleja sin remedio.
La semilla germinal de la que surge “Ninjababy”, película sobre maternidades sobrevenidas y paternidades por descubrir, fue alumbrada con la gramática de los tebeos. Nacida en el papel se (pre)siente que en su ADN se agitan de ecos autobiográficos
Ciento sesenta páginas, la novela revelación francesa de 2016, preceden lo que aquí se cocina. Su autor, el novelista Olivier Bourdeaut, Nantes, 1980; debutó hace seis años con esta obra inspirada en las sombras de Scott Fitzgerald y su mujer Zelda.