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Lukas Dhont (Gante, 1991), pertenece a la categoría de directores que empiezan con buen pie sabedores de que su irrupción, su emergencia, coincide con el signo de los tiempos. Su anterior y primer largometraje, “Girl” (2018) impuso con autoridad la fuerza de una reflexión sobre la identidad sexual, la danza y los sentimientos, un discurso que tenía en su principal actor, Victor Polster, un acierto decisivo.