Edward Zwick se mueve con autoridad en el Hollywood del lujo y el Oscar. Nunca será un gran cineasta pero resulta solvente en su oficio. En realidad es un Spielberg de baja gama que, en consecuencia, siempre formaliza bien sus productos amparado en una calculada estrategia de cartera amplia y escaso riesgo. Entre sus títulos cabe citar Leyendas De Pasión (1994); El Último Samurái (2003); Diamante De Sangre (2006) y Resistencia (2008).
De manera más o menos evidente, a las mascotas se les atribuyen virtudes para alejar desgracias y/o (a)traer buena suerte. Y estas Mascotas han llegado en el verano de 2016 con mucho más que buenaventura bajo el brazo. Por lo pronto, a la vista de los consecutivos hundimientos de la programada cultura mainstream para el verano de 2016, digamos que Mascotas es la excepción y ofrece la mejor garantía de propiciar un buen rato tanto a la chavalería como a quienes entienden que un filme de animación también puede ser cine mayúsculo.
Vilipendiado con saña y descalificado con sospechoso fervor, Escuadrón suicida aparece como el gran naufragio fílmico del año. Digamos que, en efecto, confunde fortaleza con estruendo, humor con gansada y acción con atropello. Demasiado aturdimiento para sostener la única idea que tenían. Para llevarla a efecto, la DC no ha escatimado gastos.