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Teniéndolo todo, como María de la O, Mark Mylod -que desgraciadito-, no logra hacer casi nada. En apenas diez minutos, la mirada espectadora menos resabiada ya ha intuido que no cabe esperar mucho de «El menú». Que su carta es vieja, tópica, banal. Que se mueve entre la comedia y el suspense para acabar por asumir que no sabe provocar ni agobio, ni misterio. Que en esa cocina la sal ha desaparecido y la gracia no existe.

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Antes de relatar en 90 minutos esta masacre en Extremadura, conviene recordar que “Cerdita” nació como cortometraje de 14 minutos. Con él, Carlota Pereda ganó el Goya. A partir de él, (re)nació esta película. De hecho, en su zona central se inserta reciclado aquel cortometraje, eso sí, nuevamente rodado para encajar mejor en esta versión extendida

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En la próxima primavera David Cronemberg cumplirá 80 años. El marciano de Toronto entrará en su novena década sin ceder, ni cambiar, un milímetro. “Crímenes del futuro”, como buena parte de su obra anterior, provoca reacciones de estupor, incomodidad, rechazo, asco, perturbación…y una enigmática atracción. Siempre ha sido así por más que luego sus películas no pierden su magnetismo sino que crecen como semillas germinales que alimentan incontables sueños y pesadillas de otros.

Abundan las interpretaciones, con mayor o menor autoridad etimológica, sobre el origen y significado de expresiones como la que da título al tercer largometraje del esforzado Jordan Peele, un cineasta de origen afroamericano que recoge el testigo edulcorado de la reivindicación racial de Spike Lee.

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En apenas cinco minutos, los mejor filmados de toda la película, se nos presenta a la “bestia”. En esos fulgurantes y terroríficos destellos, dominados por la oscuridad, se nos previene sobre el “modus operandi” del monstruo y se nos informa del por qué de su comportamiento. En esos instantes inaugurales, se escenifica la llamada ley de la selva.

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El nombre de Alex Garland empezó a sonar en el ambiente cinematográfico en el año 2000, en ese punto vertebral en el que el siglo XXI enterraba al siglo XX. Entonces pocos repararon en él. Era el autor de la novela “The Beach” (1994), el texto de partida de la película protagonizada por DiCaprio y dirigida por Danny Boyle, un director con el que Garland ha tenido mucho que ver.

Fuera de contexto, sin saber qué lo provoca, un gemido puede ser emitido y percibido como consecuencia del placer o del dolor. A veces surge como fruto de ambos. El camino del éxtasis sabe del goce sexual pero eso no excluye otras rutas que surquen el sufrimiento; de eso y de Sade, claro está, iba “Martyrs”, filme radical de rechazos masivos y admiraciones extremas.

Recibida con eso que se llama “división de opiniones”, “Veneciafrenia” representa lo que siempre hay que asumir ante los proyectos que tienen la firma de Álex de la Iglesia. Tanto guste como disguste su cine, todos saben que estamos ante un proyecto fallido.

Aunque el referente hegemónico del vampirismo suele ser masculino, desde Nosferatu a Drácula, se suele obviar que el origen de los no muertos descansa en la historia de la condesa eslovaca Erzsébet Báthory nacida en 1560, en el boyante y sanguinario tiempo del imperio austrohúngaro.