El título aparece sin mayor dilación con las letras difuminadas en su parte superior. Conforme la oscuridad, en un fundido a negro de cadencia lenta, se impone, a medida que mengua la iluminación percibimos con más claridad las letras.
Barry Levinson ha cumplido 81 años, posee una trayectoria solvente y en los años 80, su cine lo señalaba como uno de los autores norteamericanos más vertebrales de ese tiempo crepuscular en el que Hollywood dio un giro suicida hacia la infantilización de sus películas.
ászló Nemes fue ayudante de Béla Tarr en El hombre de Londres. Hijo del director húngaro, Jeles András, en su primer largometraje muestra querencia por el cine de los hermanos Dardenne, Haneke y Tarkovski por más que se quiera ver en El hijo de Saúl algunas pinceladas provenientes del Béla Tarr de Satantango y El caballo de Turín. Lo que parece obvio es que Nemes, forjado en París, se sabe impregnado de todo un contexto cinematográfico identificado como el cine de la posmodernidad.