La segunda parte de esta incursión en la novela de Alejandro Dumas se rodó al mismo tiempo que la primera. Por el mismo equipo, con los mismos guionistas y bajo la batuta de Martin Bourboulon.
El título aparece sin mayor dilación con las letras difuminadas en su parte superior. Conforme la oscuridad, en un fundido a negro de cadencia lenta, se impone, a medida que mengua la iluminación percibimos con más claridad las letras.
El Nuevo Cine Alemán (Neuer Deutscher Film), surgido en los años 60, fulgurante en los 70 y posteriormente dispers(ad)o a partir de los 80, fue mayoritariamente cosa de hombres.
Un recorrido ligero por el universo de Marija Kavtaradze (Unión Soviética, 1991) arroja algunas luces necesarias para poder ubicar por dónde transita esta joven directora lituana.
El Papa Pío IX, figura vertebral de este relato fundido con destellos de realidad, sacude nuestra percepción con análoga frialdad a la que el Juan Pablo II de «La Nona Ora» de Maurizio Cattelan opera en nuestra conciencia.
Por ubicarlo de algún modo (no olviden que Aki Kaurismäki es un verso libre sin posible comparación), podemos decir que el director de «Fallen Leaves» admira a Yasujirō Ozu y que, a su vez, ha sido comparado con Jim Jarmusch.
Tarde o temprano, algunos directores de cine, los que más se arriman al monstruo, sienten la necesidad de interpelar a su autorretrato. Entonces hacen eso que se llama cine dentro del cine. Un juego de espejos enfrentados a través de cuyas distorsiones los cineastas buscan respuestas a su desasosiego.
Aleksei (Franz Rogowski) es un emigrante bielorruso que espera encontrar en la Legión Extranjera el salvoconducto que le permita vivir en la Europa de la prosperidad. Aprovecha un partido de fútbol para, disfrazado de hincha, lograr el visado que le permita salir de su país.
Con parecida estrategia a la que Iñárritu desplegó en «Babel» (2006) con la decisiva ayuda en el guión de Guillermo Arriaga, «La trenza» teje su urdimbre sobre la evidencia de un mundo globalizado.
Desde el 6 al 25 de octubre tuvo lugar la llamada guerra de Yom Kipur, también llamada guerra del Ramadán o guerra árabe-israelí de 1973. Fue una especie de contraataque egipcio-sirio para recuperar los territorios árabes de los que se había apropiado Israel en la guerra de los Seis Días de 1967.