La agonía de Venezuela
Título Original: : PELO MALO Dirección y guión: Mariana Rondón Intérpretes: Samuel Lange, Samantha Castillo, Nelly Ramos, Beto Benites y María Emilia Sulbarán Música: Camilo Froideval Nacionalidad: Venezuela y Alemania. 2013 Duración: 93 minutos ESTRENO: Marzo 2014
Casi nadie contaba con ella pero cuando el jurado del Zinemaldia la escogió como la mejor película de la edición de 2013, más de uno reconsideró la escasa atención que se le había prestado. De aspecto humilde, vocación pedagógica y voluntad reivindicativa, Pelo Malo crece sobre dos naturalezas muy diferentes. Su contexto se aferra al final de un tiempo, el de la Venezuela de Hugo Chávez. Mariana Rondón, una directora con ideas claras y decisión de conformar una voz personal, ata lo anecdótico a lo histórico, lo político a lo social. El relato, su argumento, gira en torno a un niño de nueve años. Sostiene una pelea con su pelo, lo quiere liso pero es rizado. Un gesto mínimo para un problema grave. Su madre percibe que en su hijo mayor brota una tendencia homosexual. La tiene el niño y la alimenta la abuela paterna ante la hostilidad creciente de una esposa en paro que ha visto asesinar a su marido.
Mariana se las ingenia para mover con destreza sus escasas piezas. Las peores, las limitadas calidades interpretativas de un reparto de poco brillo y mucha voluntad. Lo mejor del filme reside en los detalles de fondo; en las secuencias de engarce, en los subrayados de un paisanaje y unos paisanos que permiten asomarse al fondo de la tormenta que en estos momentos sacude a Venezuela. En esas imágenes arden las brasas que ahora todo lo queman. La mayor virtud de Mariana Rondón es ir de menos a más; es crecer conforme se desarrolla su relato. En Pelo Malo se hacen perceptibles los estilemas del cine de autor latinoamericano de este tiempo. Su estructura aparece equilibrada. El peregrinaje de esa madre en busca de trabajo alimenta dos monstruos: el de la creciente distancia que separa a la madre de su hijo, y el de una realidad social adversa, inhóspita y cruel. No hay esperanza en un mundo en el que el joven protagonista sueña con triunfar en el espectáculo mientras a su alrededor, sin que él pueda ser consciente de ello, todo se desmorona; todo suena a réquiem..
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