Resacón a la francesa

Título Original: LES INFIDÈLES Dirección: Emmanuelle Bercot, Fred Cavayé, Alexandre Courtes, Michel Hazanavicius, Eric Lartigau, Jean Dujardin y Gilles Lellouche Intérpretes: Jean Dujardin y Gilles Lellouche Nacionalidad: Francia. 2012 Duración: 109 minutos ESTRENO: Abril 2012

Concebida como una obra coral con reverberaciones del cine de episodios que tanto se prodigó en los años 70, Los infieles aparece como una insólita película que provoca un abanico de sensaciones con el común denominador de la perplejidad. Entre sus episodios hay los que dan vergüenza y los que provocan estupefacción. Lo evidente sería señalar que se trata de una suerte de Resacón en Las Vegas en clave francesa, eso es, puro gamberreo masculino-sexual con unas pequeñas gotas de existencialismo moral que abunda en la sensación de que sus protagonistas finalmente son dignos de lástima. Claro que ésta es una apreciación de quien esto firma. Es probable que otros espectadores vean en ellos un modelo a imitar.
Por cierto, la presencia entre sus directores de Hazanavicius, el autor de The Artist, enciende las alarmas sobre su futuro, aunque no sea el suyo el episodio más sonrojante. En realidad, se trata de una película ciempiés en cuya estructura se alternan chistes de un par de minutos con episodios cercanos al mediometraje. Un baile desigual entre bromas visuales y relatos más ambiciosos sobre la angustia del hombre contemporáneo cercano a los 40. En todos los casos no son sino verdugos y víctimas de una incontinencia pulsional que desemboca en la infidelidad, pero también en el patetismo, el aburrimiento y la miseria. Sus dos principales protagonistas, Jean Dujardin y Gilles Lellouche, dan continuidad a unos capítulos enhebrados con más voluntad que pertinencia. Ellos se reparten los papeles en un derroche de sal gruesa y poca ropa. Ellas ponen el objeto de deseo y la carne, ellos un apetito convulso que concluye con un grotesco intento de cerrar el filme igual que como empieza: con un descapotable rojo y con dos machos alfa dispuestos a salir del armario a toda prisa.
Intentar establecer alguna diferencia entre los episodios que conforman Los infieles resulta tarea inútil porque, en el fondo, se impone la sospecha de que lo que de verdad interesa aquí es recuperar sin trabas censoras la exaltación adolescente del cine de Ozores, Pajares y compañía. Dicho de otro modo. La crisis europea hay que tomársela muy en serio porque si el cine francés imita el peor cine español de los años 70 ¿que nos queda?
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