Alienígenas contra pandilleros
Título Original: ATTACK THE BLOCK Dirección y guión: Joe Cornish Intérpretes: Jodie Whittaker, John Boyega, Alex Esmail, Franz Drameh, Leeon Jones, Simon Howard, Luke Treadaway y Nick Frost Nacionalidad: Gran Bretaña. 2011 Duración: 88 minutos ESTRENO: Diciembre 2011
Con la imagen de la María del Metrópolis de Fritz Lang a sus espaldas y con la silueta de King Kong en la pantalla donde instantes después iba a estrenarse su Attack the Block,Joe Cornish explicó en el pasado festival de Sitges el fundamento de esta obra escrita y dirigida por él mismo. Su película y su acervo nada deben ni nada saben del cine en blanco y negro. Attack the Block nació de una incomodidad, de una broma y de un homenaje. En el fondo, tres sensaciones unidas por un referente único: Spielberg. Cornish no lo dijo de manera tan explícita pero Attack the Block convoca su argumento en torno a una vuelta de tuerca, a una hipótesis: ¿qué pasaría si los alienígenas tipo ET. en lugar de aterrizar en urbanizaciones de clase media y mozalbetes tiernos, lo hubiera hecho en medio de un barrio marginal en cuyas calles, las bandas de adolescentes se empeñan en graduarse en las toxicomanías y se anclan en el robo? A ilustrar esa caricatura-guiño se dedica este filme.
Para evitar que todo se reduzca a una carnicería, Cornish hace que estos parientes de ET. tengan en su ADN algo de Predator, así el combate se equilibra algo. Cine ochentero amasado con devoción, suavemente incorrecto y sin ninguna pretensión de pasar a la historia, Attack the Block posee una sólida virtud. Sabe lo que quiere contar y lo cuenta sin perder el tiempo. Joe Cornish, tenía doce años cuando vio obras como Indiana Jones, Rebeldes y ET. Esa edad en la que las impresiones cinematográficas se clavan hondo y dejan poso. Ahora acaba de cumplir 42, ha co-escrito para Spielberg Las aventuras de Tintín, y este británico amante de las comedias y nostálgico espectador de títulos como 1997: Rescate en Nueva York, mezcla humor con emoción, aventura con cinefilia. Buena mezcla para engrasar una película teenager menos simple de lo que pueda parecer y menos brillante y original de lo que se ha dicho. Podría verse como una versión desenfada de The Wire con aliens en su interior. Una propuesta gamberra y cinéfaga que despega desde un suelo británico de vocación irreverente para buscar un lugar en el Hollywood post-Lucas y post-Spielberg convertidos ya en una especie de tótems, tan adorados como falsos.
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