Soledad en compañía
Título Original: TRES DIES AMB LA FAMILIA Dirección: Mar Coll Guión: Mar Coll y Valentina Viso Intérpretes: Nausicaa Bonnín, Eduard Fernández, Philippine Leroy-Beaulieu, Francesc Orella, Ramón Fontserè, Aida Oset y Amalia Sancho Nacionalidad: España 2009 Duración: 86 minutos ESTRENO: Julio 09

Supongo que Mar Coll no conoce el filme de Juzo Itami, Ososhiki (1984). Y lo supongo por dos razones: por la juventud de la cineasta catalana, tenía cuatro años cuando se hizo el referido filme de Itami y porque dicha película sigue inédita entre nosotros. Pero lo que importa a efectos de esta recreación sobre lo que este filme provoca es que, en su esencia más profunda, ambos títulos comparten una idéntica actitud fabuladora: retratar la vida tomando como punto de partida la muerte. En Tres días con la familia, como acontecía con Ososhiki, el fallecimiento del viejo progenitor activa la que quizá pueda ser la última reunión de todos los miembros de la familia. Después, ya nada será igual y mientras tanto, en esos tres días de duelo, conforme se diluye la sombra del muerto, veremos renacer cicatrices viejas e imposturas nuevas.
A diferencia del ya fallecido Itami, quien aplicaba el humor como antídoto agridulce contra la solemnidad de lo funerario, la intención de Mar Coll apunta de manera directa a esa nueva caligrafía afín y reconocible en cineastas actuales que van de Jaime Rosales a José Mª de Orbe pasando por Pedro Aguilera y Roser Aguilar. Tal vez sea con ésta última con la que más pueda identificarse Mar Coll: ninguna de las dos rehuye usar la palabra.
Con ella, Coll disecciona algo que conoce; la realidad de la típica familia de la burguesía catalana. Ahí, la presencia de la joven protagonista, Nausicaa Bonnín, se revela como una especie de alter ego de la propia directora y con ella se marca el punto de fuga de un paisanaje al que no se juzga. Mar Coll, a quien la muerte de su propio abuelo le dio el (pre)texto para escribir su primera película larga, se aplica a este (auto)retrato desde una gramática minimalista, austera y ensimismada; muy común a cierto ¿nuevo cine español? En su filme, lo que verbalizan las palabras no siempre es lo que los gestos significan. Y en su deseo de palpar lo real, Coll no muestra piedad en este ritual familiar de hipocresías y debilidades, de poses heredadas y renuncias adquiridas. Coll logra que la comedia se reseque, la anécdota decrezca y la sensación de verdad sea dolorosamente próxima por la fuerza de pequeños instantes descritos con lúcida mirada. Con ella asistimos a un funeral sin lágrimas.
Please follow and like us:
Pin Share

Deja una respuesta