Tras los intentos infructuosos en la jornada del lunes para sostener el nivel del SSIFF, a golpe de ensayo y error, ayer se intentó todo a golpe de poesía (funeraria) y melodrama de favela y pizza. El resultado: la sección oficial del Zinemaldia entra en coma. Gris, muy gris la jornada del martes donde tres películas de orígenes y facturas muy diferentes chocaban en la misma piedra: impostura e indefinición.