A veces se olvida que Alemania fue tierra fértil para el arte cinematográfico. Mientras Francia y EE.UU. se disputaban la paternidad de su creación, ya se sabe el caso de los aturdidos Lumiére versus el ambicioso Edison, Alemania ennoblecía hasta la excelencia la capacidad de convertir en algo decisivo aquel rudimento invento que Gorki comparó a un tren de sombras.

Dentro de un tiempo, en realidad espero que en las escuelas de cine de ahora mismo, deberá explicarse que en el cine español del vértice que une el siglo XX con el XXI; más allá del brillo de los Almodóvar, los Amenábar y los Bayona; o sea ese cine de laurel y premio, había otra manera de pensar y utilizar el medio cinematográfico.

Desde sus primeros pasos Ritesh Batra dio noticia de unas credenciales que lo legitimaban como un autor de su tiempo. Hay realizadores cuyo cine, cuyas estrategias, nada quieren saber de la corriente dominante. No es el caso de Batra. Su sensibilidad domina ese acabado de corrección política y buenos sentimientos que hoy triunfa en los festivales de cine de medio mundo. En ese sentido, basta con echar un vistazo a “Tu fotografía” para apreciar cómo opera este director.