Antes de llegar al título de “Rojo”, la película de Benjamín Naishtat ofrece un prólogo, aparentemente sin sentido, pero que jugará un papel más funcional que relevante a la mitad del metraje. Se nos informa de que estamos en la Argentina de 1975. En ese preámbulo, en plano fijo, clavado como los escenarios de Bill Viola, vemos salir de una vivienda a una serie de personajes. Algunos llevan enseres en sus manos. Unos van hacia la derecha, otros, justo al lado contrario.

El panorama que dibuja “El reino” de Rodrigo Sorogoyen está más cerca de los infiernos que de los cielos. Es la suya, una radiografía a la España de la corrupción. Una caricatura al tiempo inmediato. Aunque quepa decir que aquí todo es pura ficción, sabemos que es representación imaginaria que proviene de un espejo rebosante de destellos de verdad. Despedida en el pase de prensa con una sonora ovación, hay motivos suficientes para ello.

Asghar Farhadi dio un golpe de mano con “A propósito de Elly”, hace nueve años. Acababa de cumplir 37 años -hoy tiene 46-, y era su cuarto largometraje. Venía del teatro y de la televisión. Se había curtido como guionista y las series le aportaron una impagable experiencia en la dirección de actores.

Justo ahora se cumple un año de la presentación de “El capitán” en la 65 edición del Zinemaldia. “El capitán (Der Hauptmann)” viene dirigida por el competente profesional alemán Robert Schwentke. Es probable que su nombre no se recuerde pero sí sus incursiones en Hollywood: “Plan de vuelo: desaparecida” (2005) y la serie “Divergente”.