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Título Original: WARCRAFT THE BEGINNING Dirección:  Duncan Jones  Guión:  Charles Leavitt, Duncan Jones (Historia: Chris Metzen)   Intérpretes:  Travis Fimmel, Robert Kazinsky, Ben Foster, Toby Kebbell, Dominic Cooper, Paula Patton   País: EE.UU. 2015   Duración: 123  min. ESTRENO: Junio 2016

Básicamente hay dos niveles de percepción ante Warcraft: el origen. Por cierto, como su título evidencia, los productores parecen dispuestos a comenzar con ella una larga serie a la altura del conjunto de videojuegos a los que sirve y de quienes se sirve. Tras una década de idas y venidas, de disputas y desmoronamientos sobre su traspaso de la pantalla del ordenador y la tablet al cine, que fuera Duncan Jones el escogido sorprendió a todos. Hijo de David Bowie, Duncan Jones tuvo un impactante debut: Moon, un filme casi de cámara pero de largo alcance, para luego ratificar su valor con Código fuente, una parábola enladrillada alrededor de la más pura ciencia ficción con guiños a Hitchcock y a Trumbo. Si la primera se benefició del factor sorpresa y se vio sobrevalorada, era buena, pero no para tanto; a la segunda le pasó lo contrario; era mejor de lo que se reconoció. Con esas credenciales, ver su nombre en esta misión, por más que antes que él sonaran nombres como el de Sam Raimi, desconcertó. Luego, cuando se decidió aplazar el estreno al coincidir con la última entrega de Star Wars, se entendió que la productora no las tenía todas consigo. Cuando ahora su estreno nos desvela todos sus argumentos, sabemos que Jones ha hecho un trabajo competente, pero se ha dejado en el contrato su personalidad.
Warcraft más que un juego en la línea de Tomb Raider o Assassins Creed, representa una comunidad virtual unida a través de esa basta red de la que hablaba Ghost in the Shell. Los jugadores lo hacer detrás de sus avatares y estos avatares los enganchan sin remedio. Jones recrea ese universo que parece una indigestión de la fantasía contemporánea. Orcos, enanos, elfos, hombres,… puertas a otros mundos y ecos del universo Tolkien, luces, del mundo del Avatar de James Cameron. Hay mucho de todo pero casi nada propio. Con todo, superada la confusión de su arranque, la segunda mitad, cuando ya es evidente que nada singular acontecerá, el filme parece acercarse más al viejo Ivanhood que al Warcraft de su origen.

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