En el punto vertebral, ese día en el que el Zinemaldia empieza a rumiar la cuesta abajo de su existencia, le quedan menos días que los que ha vivido, la programación de la Sección Oficial se propuso dar un pequeño respiro. En lugar de los tres filmes habituales, solo dos. Y ambos, con el común denominador de diseccionar esa condición humana que se dirime no en los grandes acontecimientos históricos, sino en la intimidad de los recovecos familiares, en el nido de brasas y hielo que es el hogar.