La venganza de un hada buena
Título Original:Título Original: MALEFICENT Dirección: Robert Stromberg Guión: Linda Woolverton Intérpretes: Angelina Jolie, Elle Fanning, Sharlto Copley, Brenton Thwaites, Imelda Staunton, Sam Riley, Juno Temple, Lesley Manville y Hannah New Nacionalidad: EE.UU. 2014 Duración: 98 minutos ESTRENO: Mayo 2014
El cine del tercer milenio escarba sin vergüenza ni disimulo en el mundo de los cuentos de hadas. Y por razones a desentrañar, desembocan allí maduras actrices de amplio historial e indiscutible belleza. Hace una década, acaparaban (siguen en la cima) las listas de las sex-symbol de occidente; ahora se recrean haciendo de villanas en estos cuentos de niños fabricados para seducir a sus padres. Como es sabido, son los padres quienes eligen las películas infantiles de sus hijos. Hace unos meses vimos en estos menesteres a Julia Roberts (1967), Charlize Theron (1975) y Maribel Verdú (1970), ahora le toca a Angelina Jolie (1975). En todos los casos el resultado abunda en la reescritura del cuento tradicional al que, en nombre de la originalidad y la corrección política, le ¿rebajan? el machismo de sus raíces y lo barnizan con un brillo ¿descreído y transgresor?
En casi todos los casos, como ocurre en Maléfica, se han leído poco y mal las versiones íntegras y primigenias de los cuentos que saquean. De haberse molestado en libar de la idea original, estaríamos ante un cine adulto, aleccionador e inquietante. Como no es así, se nos vende una película curiosa y naif. Menos rompedora de lo que pretende y más artificial de lo que sería admisible. A diferencia de la Blancanieves de Singh, donde el exceso de autor aportó un tono estrafalario y apreciable, aquí es la ausencia de un cineasta, su director proviene del mundo de los efectos especiales, la que lima hasta desarmar los bordes cortantes del relato de La bella durmiente. Hay otro factor de peso desequilibrante, Angelina Jolie, actriz y productora del filme, cuyo rostro redibujado por la gracia del pixel, no deja un fotograma sin ella. Ella domina todo y su personaje, como ya se ha dicho, no es el de la heroína del cuento sino el de la bruja, el hada resentida en este caso, al que la guionista redime porque, al fin y al cabo, esa mujer primero fue víctima. En ese cúmulo de obviedades, la batalla final brilla con luz propia. Esos planos y el rostro afilado de Angelina Jolie serán clave para que Maléfica no sea pasto del olvido.
En casi todos los casos, como ocurre en Maléfica, se han leído poco y mal las versiones íntegras y primigenias de los cuentos que saquean. De haberse molestado en libar de la idea original, estaríamos ante un cine adulto, aleccionador e inquietante. Como no es así, se nos vende una película curiosa y naif. Menos rompedora de lo que pretende y más artificial de lo que sería admisible. A diferencia de la Blancanieves de Singh, donde el exceso de autor aportó un tono estrafalario y apreciable, aquí es la ausencia de un cineasta, su director proviene del mundo de los efectos especiales, la que lima hasta desarmar los bordes cortantes del relato de La bella durmiente. Hay otro factor de peso desequilibrante, Angelina Jolie, actriz y productora del filme, cuyo rostro redibujado por la gracia del pixel, no deja un fotograma sin ella. Ella domina todo y su personaje, como ya se ha dicho, no es el de la heroína del cuento sino el de la bruja, el hada resentida en este caso, al que la guionista redime porque, al fin y al cabo, esa mujer primero fue víctima. En ese cúmulo de obviedades, la batalla final brilla con luz propia. Esos planos y el rostro afilado de Angelina Jolie serán clave para que Maléfica no sea pasto del olvido.
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