Jude Law se hace el malote
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Título Original: DOM HEMINGWAY Dirección y guion: Richard Shepard Intérpretes: Jude Law, Richard E. Grant , Demián Bichir, Emilia Clarke, Kerry Condon, Jumayn Hunter, Madalina Ghenea y Nathan Stewart-Jarrett Nacionalidad: Reino Unido 2013 Duración: 93 minutos ESTRENO: Mayo 2014
 
En la secuencia de apertura, cuando solo han pasado sesenta segundos, se disipan todas las dudas: su director, Richard Shepard, es de los que gritan mucho y muerden poco. Un fanfarrón asustaniños que promete irreverencia y transgresión cuando solo está dispuesto a dar mal gusto, procacidad de acné, escatología sin refinar y el más absoluto de los vacíos. Hace unos años, lo intentó, en un tono más contenido pero igual de descreído: The Matador (2005). Ahora ha ido mucho más lejos en el exceso. Para ello, Shepard se sirve una sobredosis de un coctel extremo. Mezcla el aguardiente y la tequila de Tarantino con el bourbon y la cerveza de Danny Boyle. ¿Explosivo? No. Indigesto y cabezón. Artificio, pseudo-posmodernidad, guiños gamberros pero sobre todo, un Jude Law patético al que le ha llevado al sobrepeso y la calvicie. Al que le pide no un personaje sino un esperpento que hace panegíricos a su cipote y que no consigue controlar jamás su rol.
A Shepard, si de verdad quería impactar al espectador, se le debería condenar a revisar hasta mil veces Batalla en el Cielo de Carlos Reygadas para que entienda el ridículo de su comienzo. Un infantilismo que aparenta procacidad cuando tan solo cultiva inmadurez. Si lo que quería era descender a los infiernos tendría que haber hablado menos y enseñado más. Pero Shepard no escribe con imágenes, por más que copie las que otros antes que él, han forjado. Su relato, el de un experto reventador de cajas fuertes, arranca poco antes de que le sea concedida la libertad. Se ha chupado doce años de prisión con la boca cerrada y un cabreo excesivo. Jude Law se mete en la piel de un brutal descerebrado en las antípodas de su físico. Si zambullirse en la negación de lo que representa podría haber sido el pasaporte a una interpretación de Oscar, no es éste el caso. En su defecto nada se mantiene en pie y todo se mueve por puro capricho del narrador. Sin lógica y sin sentido, Dom Hemingway en cuanto personaje es lamentable, en cuanto filme, un martirio. Puro disparate, más falso que el muestrario de un top manta, esto es una tontería sin remedio.
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