Asesinato en el vuelo Londres-NY
Título Original: NON-STOP (SIN ESCALAS) Dirección: Jaume Collet-Serra Guión: John W. Richardson y Chris Roach IV Intérpretes: Liam Neeson, Julianne Moore, Michelle Dockery, Lupita Nyong’o, Anson Mount y Linus Roache Nacionalidad: EE.UU. 2014 Duración: 98 minutos ESTRENO: Marzo 2014
No hay director español cuyas películas hayan convocado tantos espectadores como Jaume Collet-Serra. Cuando debutó con La casa de cera (2005), lo hizo a lo grande con un filme pequeño. No es fácil empezar a dirigir y que Paris Hilton sea una de las actrices dispuestas a ser víctima del sadismo de un guión repleto de violencia extrema y mal rollo. Así empezó Collet-Serra, desmontando el recuerdo del filme homónimo protagonizado por Vincent Price. El suyo iba a ser horror contemporáneo en el límite de lo (in)soportable.
De Gol 2 (2005) su segunda película en la que había más futbolistas que actores, no hay mucho que decir; pero con sus dos siguientes obras, La huérfana (2009) y Sin identidad (2011), Collet-Serra certificó que quería ser uno de los más prometedores cineastas mainstream enrolados en el cine norteamericano. Con relatos de sangre y sobresaltos revalidaba sus galones en la legión extranjera del cine de Hollywood. De hecho, él ha sido el elegido para afrontar la ¿imposible? adaptación al cine de actores del Akira de Katsuhiro Otomo, obra cumbre y pieza vertebral del mundo del anime.
A la espera de ello, Non-stop le ha permitido ser número uno en EE.UU. en entradas vendidas con un filme de suspense. Un thriller firmado con tanto oficio como irrelevante interés. Si el personaje de Liam Neeson crea algún perfil inquietante, el de Julianne Moore no pasa del nivel del simple adorno. La trama acude al libro de estilo del cine clásico en el que Hitchcock sigue siendo el rey. Todo se dirime en el interior de un avión. Un asesino anuncia via e-mail al policía encargado de la seguridad, que o recibe un rescate millonario o uno a uno matará a los viajeros. Entre la sombra del 11 M y Agatha Christie, Collet-Serra filma un producto altamente entretenido y muy inconsistente. En su interior hay gestos notables y soluciones formales brillantes. Podría haber sido un buen filme si su Macguffin no hubiera sido tan abracadabrante. Como en su empeño de originalidad se pasa de frenada, todo queda en un insustancial divertimento bien hecho, mejor vendido.
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