La casa encantada y el buen salvaje
Título Original: MAMÁ Dirección:  Andy Muschietti Guión:  Neil Cross, A. Muschietti, B. Muschietti; a partir del cortometraje de Andy Muschietti  Intérpretes: Jessica Chastain , Nikolaj Coster-Waldau, Megan Charpentier, Isabelle Nélisse Nacionalidad:  Canadá, España.  2012   Duración: 100 minutos ESTRENO: Febrero 2013

Como pasa algunas veces, en el núcleo germinal de este largometraje habitó un impactante y sorprendente cortometraje. Con él se presentó en Sitges el director argentino Andy Muschietti y con él dejó impactado a Guillermo del Toro, invitado de honor en aquel festival, hasta el punto de que el cineasta mexicano no dudó en impulsar que aquel microrrelato de terror y fantasía creciera hasta llegar a este Mamá que, entre otras propiedades, llega a nosotros tras arrasar en EE.UU.
De manera que hay dos valedores que garantizan que este filme es digno de ser tenido en cuenta. El olfato del autor de El laberinto del fauno y el respaldo del público norteamericano. Dicho de otro manera, a Muschietti le apoya la calidad de un autor que se mueve bien entre el cine espectacular y la obra íntima y la cantidad del público estadounidense que normalmente no suele apoyar masivamente producciones que no estén protagonizadas por sus estrellas. ¿Es para tanto? Tal vez no, pero sea como fuera eso no invalida las bondades de un filme que se zambulle en el romanticismo decimonónico de las viejas historias de fantasmas con dos importantes virtudes: una belleza estética muy singular y un inteligente quiebro argumental que incorpora en un telón de fondo convencional la sutura del misterio de dos niñas salvajes.
Con el recuerdo del cortometraje muy presente, Muschietti arranca su filme con suspense. Un coche abierto, un padre en fuga, dos niñas en su interior, una huida culpable… un accidente y al final, una casa abandonada. En realidad, cuando se disipa la bruma de su apertura, el espectador discernirá que Muschietti está hollando un territorio encantado. Como en todos los cuentos, aquí hay una madre muerta y dos huérfanas que se enfrentan al horror. Una versión contemporánea de Hansel y Grettel que pronto se abrirá a una nueva perspectiva. Tal vez la bruja no sea sino también otra víctima; un alma en pena que busca reparar una injusticia.
Sin avanzar en su argumento, no es necesario para mostrar el armazón argumental y las intenciones de la película, se hace evidente que Mamá posee un brío narrativo poderoso, una puesta en escena personal y algunas ideas argumentales que se abren a lecturas y relecturas nada convencionales.
En primer lugar, Muschietti abunda en el concepto que da título a su primer largometraje. De hecho, el filme establece una línea divisoria entre el hecho de procrear y el de querer. Los padres originales de las dos niñas protagonistas, no pueden o no saben estar a la altura de sus obligaciones. Por el contrario, será una mujer sin ningún deseo de saber nada del embarazo, quien finalmente acabe luchando ferozmente por la vida de las niñas. En ese juego de muñecas rusas en donde tras abrir una aparece otra de manera sucesiva, Muschietti también aborda el tema de la educación, el del buen salvaje, el de la responsabilidad y el de la culpa.
Para acometer esto, Mamá cuenta con un reparto solvente donde las niñas protagonistas han sido perfectamente aleccionadas y en donde los adultos, en especial Jessica Chastain, confieren verosimilitud a su personajes. En ellas y en la sutileza de la batuta de Muschietti se hallan las mejores ofrendas de un filme que provoca sustos de verdad y al que solo le sobran algunas concesiones gratuitas que corroen su desenlace.
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