La venganza busca atajos torcidos

Título Original: EL CUERPO Dirección: Oriol Paulo   Guión: Oriol Paulo y Lara Sendim  Intérpretes:  Belén Rueda, José Coronado, Hugo Silva, Aura Garrido, Juan Pablo Shuk, Cristina Plazas, Mia Esteve, Oriol Vila y Patricia Bargalló Nacionalidad: España. 2012   Duración:  107 minutos ESTRENO: Diciembre 2012


No solo el recuerdo del José Coronado de No habrá paz para los malvados confunde el alcance y la verdadera naturaleza de esta incursión en el cine negro de Oriol Paulo; sino que el hacer de la Belén Rueda de Los ojos de Julia e incluso los ecos de El orfanato, proyectan una distorsión sobre lo que realmente nos aguarda en este filme que puede llamar a engaño. Aunque es cierto que El cuerpo se inscribe de lleno en ese género noir de escasa tradición en la cinematografía española, no lo es menos que Oriol Paulo, guionista de la citada Los ojos de Julia y realizador hasta ahora experimentado en el mundo de la televisión, no consigue equilibrar los referentes con los resultados, ni logra atar las intenciones con una puesta en escena convincente capaz de sacar todo el rendimiento que el reparto y el argumento llevaban dentro.
Declaraba Oriol Paulo, director y coguionista de El cuerpo, que escribió esta historia con la imagen de Belén Rueda presente, pensando en ella como motor fundamental que moviera todo el entramado. Si eso fue así, todavía desconcierta más la escasa consistencia de un personaje que, sobre el papel, se llena de pliegues fascinantes y que al llevarse a la pantalla aparece finalmente desdibujado. Lo mismo podría decirse del policía que Coronado encarna, un personaje roto por una tragedia personal sufrida en el pasado y aquí víctima de un corte de pelo propio del Bardem de No es país para viejos.
Pero ni los Coen, ni Urbizu, ni el Clouzot de Las diabólicas, ni los maestros del giallo italiano de los años 70. Con haber algo de todos ellos, y con incluir secuencias-homenaje calcadas de algunos títulos que van de Nicholas Ray a Alfred Hitchcock, el Oriol Paulo guionista no se entiende con el Oriol Paulo director. El primero amaga y el segundo no concluye. Eso provoca una situación de relajación. Los personajes no crecen y la historia presta más atención a los giros argumentales, a lo anecdótico que a lo sustancial. Oriol Paulo hace lo contrario que el David Fincher de Millennium: Los Hombres que no amaban a las mujeres. Cargar la suerte en el relato y abandonar a los personajes. Si Rueda y Coronado se sostienen en pie es por su profesionalidad. A su lado, el resto, sin un director que les guíe, están sin ser y apenas son, sin nada que interese.
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