El sufrimiento del maniquí
Título Original: SOMEWHERE Dirección y guión: Sofia Coppola Intérpretes: Stephen Dorff, Elle Fanning, Michelle Monaghan, Laura Chiatti, Chris Pontius, Benicio del Toro, Amanda Anka y Ellie Kemper Nacionalidad: EE.UU. 2010M Duración: 97 minutos ESTRENO: Octubre 2011
Al contrario que su progenitor, que en los últimos tiempos navega sin rumbo, Sofia Coppola evidencia una coherencia narrativa incuestionable. Dicho de otro modo, mientras que Francis Ford Coppola sorprende con obras inclasificables, desconcertantes y definitivamente rotas, su hija escarba en la misma zanja que Las vírgenes suicidas, Maria Antonieta y sobre todo Lost in Translation hoyaron.
Aquí como allí, Somewhere insiste en pegar su cámara a la angustia existencial y al aburrimiento de un pavo real. Nuevamente un sujeto estigmatizado por la soledad del éxito demanda el centro del escenario para que Sofia Coppola teja con ese motivo un nuevo tapiz sobre el aislamiento del pobre niño rico. A su favor, que Sofia Coppola habla de lo que conoce, aunque conviene desterrar cualquier atisbo de proyección autobiográfica. Lo único autobiográfico reside en el contexto y en una obsesiva fijación por la incomunicación que desde su mismo origen le viene acompañando. Por lo demás, Somewhere abunda en los estilemas que definen a una narradora con evidente talento y discutible interés.
Con Sofia Coppola se origina un fenómeno paradójico. Resulta admirable su puesta en escena, su dominio del tempo y su habilidad para la composición. Pero, al mismo tiempo que todo ello, se impone la vacuidad de un espacio anodino, de unos protagonistas sin brillo, de unos personajes definitivamente mediocres.Somewhere arranca con una metáfora y concluye con una elección moral. En su arranque, un impresionante deportivo, un Ferrari negro, da vueltas en una carretera que no lleva a ningún lado.
Esa es la situación de su protagonista, un célebre actor en el que se proyectan referencias de muchas estrellas huecas del Hollywood actual. En su desenlace, la salida de ese círculo vicioso es representada a través de una renuncia. Entremedio, Sofia Coppola reproduce un deambular torpe, un ir hacia la nada. El actor célebre es incapaz de comunicarse con su hija. A su lado, las mujeres, los premios, el trabajo y el glamour agitan una vida sin horizonte. Mueven un maniquí sin alma cuyas lágrimas se antojan decadentes, gratuitas, y casi hasta ofensivas en tiempos de indignación y bancarrota.
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