Renace el kung fu de los 80

Título Original: NINJA ASSASSIN Dirección: James McTeigue Guión: Matthew Sand y J. Michael Straczynski; Intérpretes: Rain, Naomie Harrris , Ben Miles, Sho Kosugi, Rick Yune, Stephen Marcus (y Richard Van Weyden Nacionalidad: EE.UU. 2009 Duración: 99 minutos ESTRENO: Diciembre 09

Antes de debutar hace tres años con V de Vendetta, James McTeigue ya sabía del sabor del cine de acción. Se licenció trabajando en las mejores aulas del cine actual: la trilogía Matrix y Dark City. De modo que cuando los hermanos Wachowski prefirieron que fuera él quien se enfrentara a V de Vendetta en su lugar, -más que nada por cuestiones presupuestarias- sabían que el proyecto saldría bien. Con la misma confianza, aunque con menos esfuerzo argumental, surge este Ninja Assassin, una borrachera de violencia y artes marciales marcada, al igual que su filme anterior, por la sed de venganza. Dos cambios han sido significativos con respecto a V, uno se refiere al espacio escogido, ahora Alemania y Japón; el otro a la naturaleza del argumento, la novela gráfica cede su lugar al vídeojuego y a la mitificación del cine de kung-fu de los años 70 y 80. Es decir, el guión se banaliza en beneficio de la coreografía de acción.Con respeto por los clásicos, aunque no queda claro que los conozca, Teigue abre el telón de Ninja Assassin con una matanza terrorífica. Es un aviso. La idea es gritar al espectador que esos ninjas son una amenaza ¿indestructible?En cuanto a los lazos emocionales que abrochan su argumento, Teigue los utiliza de manera secundaria pero los muestra con claridad. Más preocupado por el recuerdo del cine de Hong Kong, Teigue entiende que no hay tiempo que perder, ni un minuto sin violencia. Todo es sencillo aunque se rodee de un misterio que oculta nada porque todo gira en torno a un huérfano que, entrenado para convertirse en un asesino ninja bajo la tutela de un siniestro sensei, entra en conflicto con ese padre putativo perturbado por su extrema crueldad. En consecuencia, y ahí aparece la sombra de Kill Bill, se revolverá contra su “familia” y ésta querrá verlo morir. Estamos ante la necesaria ejecución del padre edípico en clave katana, con una historia de asesinatos políticos como pretexto y con dos romances ensangrentados. Como vestido de sangre se pasea permanentemente su principal protagonista, una especie de Bruce Lee de diseño listo para anunciar un perfume de marca. Pese a todo, o por ese todo, Ninja Assassin consigue su objetivo: revitalizar dignamente los modelos de los que partía.
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